más sutil que el suave roce del pétalo de rosa,
casi imperceptible como la cara ligeramente ladeada
o tan sublime como una simple mirada.
Gestos que sin decirte "nada"
van descociendo punto a punto tu cordura,
haciendo arder las heridas invisibles
despertando al espíritu salvaje
que se asoma con sigilo
dejando ver sus simples instintos.
Puede ser tan solo un delicado gesto,
un ademán poco acertado,
un objeto mal colocado,
puede ser energía de acción
que se convierte en grietas y fracciones
o solo se impregna en un objeto que vibra
y que el aire lleva a los oídos
para advertir el inminente peligro.
A veces es apenas una octava más,
a veces menos si se esconde,
de repente te sorprende
cuando buscas algo diferente
porque tocas la cuerda incorrecta
y dentro resuena un dolor profundo
que no puede contenerse.
Es por eso que sale
y busca encantarte con la simpleza
de expulsar tu malestar
sin antes pararte a cuestionar.
"Es inconsciente" nos justificamos,
solo a veces se acompaña de lamento
o una mínima introspección,
se esconde en la soberbia
se mantienen intacta,
mientras la víctima;
recoge pedazos de su alma.
La violencia mata
y sin necesidad de bala
lo hace en silencio después del estruendo,
palabras nunca dichas secas de esperanza,
el vacío que viene tras darlo todo,
reflejo de que en el mundo a veces uno está solo.
Solo a veces la nubes negras se levantan
para mostrar esperanza,
fortaleza que pocos tendrán
para ver más allá del dolor,
para traer luz y calor.
Será un camino duro de transitar
y entender la diferencia entre eso y aguantar,
aguantar es entrar al portal, difícilmente saldrás
empezarás con un patrón que replicar,
decidiste apagarte y dejarte llevar
no podías evitar defenderte o llorar.
Se despiertan oscuros recuerdos del ayer
tus inseguridades te nublan,
tu estática visión, tu escudo levantado,
bajar esa guardia es confrontarse
a tus contradicciones más grandes.
Acumulas miedos y traumas sin sanar
te has ocultado y evitado mirar,
entrará la luz cuando decidas perdonar,
cuando sin olvidar,
amoldes esa nueva realidad.
Admite que hay algo más
que no pesa y te da libertad,
tal vez eso se llame paz,
no la ausencia de guerra, que suele ser audaz,
sino decidir con cada segundo cómo actuar
y que mundo que deseas crear.