La verdad es que la capa roja se la puso para cubrirse así
la falda, las medias y las enaguas manchadas de sangre y con la caperuza la
cara que se le ponía sonrosada por estar un poco avergonzada. Fue entonces a pedirle a su abuela, que era
medio bruja, algún remedio para calmar ese nuevo dolor que parecía que le
quemara el interior, para eso tenía que cruzar el tenebroso bosque y su madre
le advirtió, que tuviera cuidado pues por ahí andaba un malhechor.
Cuando salió, el lobo oliendo sangre la siguió y
cuando en el camino del bosque se encontraron, Caperucita se asustó tanto que
se le paró el sangrado, mientras que el lobo enamorado supo que debía seguirla a
todos lados. Ella no debía hablar con extraños, le había dicho su madre, solo con
la abuela a donde ya debía estar tarde.
El lobo hipnotizado le dijo que jugaran juntos, que buscaran
flores o se escondieran entre los arbustos, que no se fuera donde su abuela que
ella no necesitaban que la curen porque no estaba enferma, pero ella le explicó
que las hierbas y los conjuros la podían hacer sentir mejor, entonces se fue sola
sin ayuda del lobo, quien habría de esperarla junto al algarrobo, se fue donde
la abuela que le dio agua de higo y la bendición por haber recibido su primera
menstruación.
Y se fue haciendo de noche y en el bosque aparecían las
luciérnagas y las estrellas en el cielo porque la luna aún era nueva. Se
encontraron entonces el lobo y la niña, que aunque le dijeran mujer aún le
gustaba el juego y el baile, y en el bosque con su nuevo amigo viajaban por el
aire, hasta que ya fue muy noche y la niña encapuchada tuvo que regresar a casa
y el lobo a su morada.
Pasaban los días y Caperucita cambiaba, sentía nuevas cosas
pero ya nada la asustaba, extrañaba a su amigo el lobo porque sentía que él le iba
a acompañar y si necesitaba ayuda no se la podía negar.
Pasaron dos semanas desde aquella aventura y una de esas
noches en la que todo es más frío Caperucita vio la luna entera reflejada en el río, ese día se sentía mucho más viva, podía haber corrido por todo el bosque
si quería y decidió salir y buscar al lobo de nuevo, para juntos aullar a la
luna desde el más alto cerro.
-ananda.